domingo, 14 de septiembre de 2008

atardece



Atardece de nuevo y un día más ciudades diferentes
nos enseñan sucesivos ocasos. Mañana
volveremos a encontrarnos, pero hoy, ¿cómo hablarte
de las horas que vendrán y otra vez no serán nuestras?

Está tendido el horizonte y la penumbra se despliega.
Dentro de poco llegará el momento
en que todo se detiene y cada cual,
por su cuenta, cierra los ojos y muerde los labios.

Con todo, ¿dejaremos que esto sea algo amargo y terrible,
que el resto pierda su dulzura
como un durazno al caer y pudrirse en el suelo?

Asuntos que el atardecer diluye para así llenar su copa
o abrir una segunda luz, un camino, capaz
de orientarnos hacia la irisación de otra mañana.



Poemas de Juan Ramón Mansilla

Yo Diurno y tu Nocturna

4 comentarios:

Pakous dijo...

Yo Noctámbulo, y ella Nocturna...
Pronto el echinochi, espero que podamos contar con vosotros.

nelfos dijo...

espero que tu deseo se pueda hacer realidad.

Nocturna dijo...

¿A qué debo tantos honores?

nelfos dijo...

vos se merece esto y mas.
un saludo sin animo de ofender,solo un pequeño guiño a nuestra amistad